Cartelería veraniega Vol XI

Cartelería veraniega Vol XI

2 julio 2025
Creatividad , Nosotr@s

Llega el verano y, como no podía ser de otra manera, ¡nuestro recopilatorio de carteles de festivales!

Ya es tradición: llega el verano, los festivales y, con ellos, esos carteles que inundan nuestras redes con color, estilo y personalidad. Porque si el line-up atrae o no, es una cosa… pero que un cartel nos haga detener el scroll, eso ya es diseño en estado puro.

Por eso, un año más, hacemos el clásico repaso visual de algunos de nuestros favoritos: ilustrados, tipográficos, florales, electrónicos, retrofuturistas o directamente imposibles. No es (solo) una cuestión de gusto, sino de narrativas gráficas que hablan del alma de cada festival. 

Festivales como SonRías Baixas, Surfing the Lérez y Atlantic Fest apuestan por ilustraciones potentes que van más allá del cartel típico. SonRías vuelve con un pulpo rosa gigante que emerge entre bateas, en una escena naíf con sabor a postal de vacaciones pero un tanto creepy. Surfing the Lérez lo lleva al extremo opuesto: una vaquera cabalga un cocodrilo en una especie de western ochentero psicodélico con estética tattoo-punk. Y, Atlantic Fest, baja las revoluciones para regalarnos un collage sereno, con guiños a la estampa costumbrista y una gran mano divina que rescata a unos remeros vintage. Cada uno a su estilo, pero todos con la ilustración como lenguaje para contar el verano gallego desde el arte.

 

 

El cartel del Spring Festival 2025 es como una fantasía botánica salida de un sueño pop: flores relucientes, degradados vaporwave y una tipografía que baila entre lo retro y lo mágico. Pero lo que realmente destaca es su coherencia estética llevada al extremo. Nos encantan las adapataciones, cada artista anunciado se convierte en una postal propia, integrando las fotos en el marco floral del cartel general. Un sistema visual sólido, reconocible y adaptable, que convierte cada publicación en una pieza de colección.

 

 

Hay carteles que no necesitan grandes ilustraciones ni fotos para destacar, y el del Interestelar Sevilla es uno de ellos. Su identidad visual juega con lo retro-futurista a base de ondas, espirales y composiciones que recuerdan a sellos postales psicodélicos. En un verano lleno de florituras, Interestelar apuesta por la geometría pero apelando a lo clásico con el formato postal como forma de expresión.

 

 

Algunos carteles este año parecen diseñados con la intención de tener que mirarlos dos veces. El de Palencia Sonora es puro espíritu de feria de pueblo reconvertida en festival indie: tipografías infladas, flores gigantes, marcos ilustrados, teclados verticales y una paleta saturada que grita verano desde la primera letra. Por su parte, A Summer Story lleva el concepto al extremo: cajas, rayas, estrellas y hasta nubes, en una composición digna de un videojuego arcade. Ambos huyen del minimalismo. Porque en verano, más es más.

 

 

En un mar de ilustración digital, la fotografía sigue reclamando su espacio con fuerza. El cartel del Primavera Sound Porto es pura actitud: un fondo oscuro, en movimiento, casi cinematográfico que te atrapa y te hace querer estar gozando de un buen pogo, sobre el que flotan nombres en tipografías industriales y renglones de color que cortan la imagen con precisión quirúrgica. En el extremo opuesto, el Low Festival se viste de postal vintage: colores empolvados, flores en primer plano, torres benidormenses de fondo y una tipografía que parece sacada de un anuncio de los 70. Dos formas distintas de usar la foto, pero con un objetivo común: transportarte, incluso antes de llegar.

 

 

En el universo de los festivales electrónicos, el diseño va al grano. Neopop y Danza Futura apuestan por estéticas limpias, oscuras y futuristas, con tipografías gruesas, fondos negros y verdes flúor que remiten al lenguaje visual de la electrónica más pura. Estructura, repetición y un aire distópico que convierten los carteles en una extensión natural del sonido. Directo a tus oídos.

 

 

Y hasta aquí nuestro repaso anual a los estilos, tendencias y ocurrencias visuales que dan forma al verano festivalero. Ahora solo queda hacer las maletas, apagar el portátil y dejar que empiece la música.

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